El mercado que regulará la Ley de Competencia
En palabras sencillas una Ley de Competencia es el mecanismo que utiliza un Estado para corregir o regular un mercado de competencia imperfecta, dentro del cual algunos participantes o agentes económicos que en él intervienen, poseen poder suficiente para determinar sus principales variables, dentro de las cuales, normalmente todo el mundo destaca primordialmente el precio.
Por supuesto, un mercado puede ser imperfecto por muchas razones, el que exista alguien con poder para fijar precios por encima de las leyes de la oferta y la demanda distorsiona el mercado, el que exista alguien que controle en su totalidad o en un gran porcentaje las vías de logística o abastecimiento lo vuelve imperfecto, el que exista alguien que realice contrabando o defraudación aduanera lesiona al mercado, o el que exista alguien que simplemente no pertenezca al mercado si no a la economía informal lo vuelve obsoleto.
Sin duda Guatemala necesita una ley de competencia, el país se ha comprometido internacionalmente para tenerla y el pasado 11 de mayo se presentó a la Dirección Legislativa del Congreso un nuevo proyecto correspondiente a esta materia que iniciará su proceso de discusión a efecto de convertirse en ley. El punto a mi juicio no es la existencia o no de la normativa, el punto toral radica en que la futura ley debe de ser impulsada paralelamente a esas otras normativas que ya existen y que en su conjunto efectivamente permitan corregir todas las imperfecciones de nuestro mercado, que cuando menos exista un mercado, no perfecto, eso no existe, pero formal, dentro del cual únicamente en base a calidad, precio y capacidad los consumidores puedan obtener los mejores productos para su consumo, respetando y cumpliendo unos y otros las leyes generales del país.
La discusión al respecto del proyecto de ley en cuestión será interesante, ojalá, aunque sea mucho pedir, prevalezca lo técnico sobre lo político y se dote al país de una herramienta que cumpla su cometido y no tengamos un producto populista que luego sea impugnado por medio mundo. El proyecto crea la Superintendencia de Competencia, como un ente autónomo y descentralizado, con un Directorio, Comisión de Postulación y un Superintendente, trae términos con los que tendremos que acostumbrarnos a convivir como las Prácticas Anticompetitivas Absolutas y Relativas o la Abogacía de la Competencia, en síntesis debe prestarse atención a este proyecto, analizarlo y discutirlo, no vaya a ser que el arma creada para ordenar el mercado se transforme en la espada de Damocles para el mismo.